ALBA, Luz para Nuestra América

Friday, January 26, 2007

“Nada dará una idea tan efectiva..."



En un primer momento Martí hace alusión a los peligros económicos que traería consigo el tratado, sin embargo no descarta el riesgo político que también entrañaba la firma del acuerdo. Era evidente que dicho tratado solo tenía de recíproco el nombre, en la práctica agudizaría más aún las desigualdades existentes entre los dos países.
Al decir del Apóstol, “Nada dará una idea tan efectiva de la magnitud del suceso en proyecto como la enumeración de los artículos que cada uno de ambos países se obliga a aceptar en su territorio libre de derechos”. Los productos mexicanos beneficiados eran en su totalidad agropecuarios mientras que la lista de productos yanquis que inundarían el mercado azteca “es tan extensa, que absorbería todo nuestro espacio”. México era para EE.UU. un mercado seguro para descargar el exceso de producción de su economía. El tratado sería entonces de beneficio para una sola parte: la estadounidense.
Como se señaló anteriormente, Martí también desentrañó los intereses políticos escondidos detrás del TLC. El hambre voraz de conquista de los Estados Unidos iban en aumento y en este contexto era México obviamente (por ser el más débil de sus vecinos) la nación más amenazada. “Decía el senador Hawley: Y cuando hayamos tomado a Canadá y a México, y reinemos sin rivales sobre el continente, ¿qué especie de civilización vendremos a tener en el futuro?...”
Ya desde aquel momento Martí percibe que el desborde económico y político de EE.UU. sobre la América nuestra está tratando de ser legalizado en aras de su perpetuación, lo que amenaza la independencia latinoamericana. Y cabe preguntarse entonces, ¿no es precisamente eso lo que pretende el gobierno estadounidense, cuando más de cien años después hace fuertes presiones para la implementación del ALCA?

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